miércoles, 1 de abril de 2009

Descortesía del suicida

Descortesía del suicida,
prólogo de José María Merino,

Editorial Candaya, Barcelona, 2008











Para más información:
www.candaya.com


Selección de textos de Descortesía del suicida


DESCORTESÍA DEL SUICIDA

En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por la detención de los trenes. En la estación de Sants un hombre se había arrojado a las vías. En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por los constantes suicidios en las horas de máxima afluencia de público.


LA PUERTA CONDENADA

De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Desconozco quién era e incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.


SUS RAZONES TENDRÁ

Por algo será que el espejo me devuelve la imagen.


DEMASÍA

¿Cómo es posible que todos los años hayan sido el peor año de mi vida?


QUIEN PAGA MANDA

Mi peluquero insiste en que no me estoy quedando calvo.


GATO POR LIEBRE

Estoy harto de los antipáticos que se hacen pasar por tímidos.


IL PENSIERO DEBOLE

Una vez encima de las torres de la Sagrada Familia no encontrábamos a Peppino. Bajamos preocupados, pero ocurrió que no había subido porque se le había terminado la cinta de la cámara, y si no lo podía filmar ¿para qué quería verlo?


MOEBIUS

A los once años comprendí que nunca sería un gran pintor. A los catorce, que nunca sería un gran futbolista. A partir de entonces he estado abierto a toda clase de decepciones.